La ventilación mecánica de extracción puede ser local o centralizada. La local se utiliza a menudo en habitaciones con mucha humedad o producción de olor (habitualmente cocinas y baños) como un medio de purga rápida. La centralizada se utiliza como ventilación general.

 

El movimiento del aire se provoca mediante ventiladores que crean una depresión en el interior de la vivienda que favorece la entrada de aire por infiltraciones o a través de aberturas específicamente diseñadas
para ello. Durante el diseño es necesario controlar que los sistemas de extracción no creen una depresión excesiva. Esto podría acarrear problemas de contaminación del aire ya que los contaminantes procedentes del subsuelo o de los aparatos de combustión se verían succionados hacia el local, penetrando por las fisuras y/o huecos de la envolvente.